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jueves, mayo 26, 2005

Mi perro se transforma : )

¿O tal vez debería decir: mi perro aprende? La cuestión es que me tiene sorprendido. Me explico.

No es "mi" perro, aunque lo fue en cierta manera, puesto que es el perro de mi ex. Y no he resistido la tentación de compartir con todo el mundo (aquí, en mi blog) lo que parece un hecho innegable, algo digno de ser estudiado por zoo-antropólogos ;)

Ya vienen pasando varios meses desde que los niños de mi ex me dicen que el perro se está comportando de forma extraña, a resultas que entró en el hogar un nuevo animal: un gato... al que apodan Oliver. Resulta que el perro está aprendiendo por momentos costumbres y hábitos del gato. No sé, por ejemplo, se pone a jugar con pelotitas en cuanto le ve al gato hacerlo. Se dedica a "intentar" saltar del sofá al suelo, y del suelo a la cama, como hace el gato. Incluso hasta se ha vuelto más limpio y más juguetón! Es decir, como me dicen los chavales, el perro está aprendiendo habilidades gatunas, jajaja.



A la par, lo curioso es que el gato está haciendo lo recíproco: es bastante más sociable de lo acostumbrado en su especie animal, hace más compañía a los humanos, busca mimos y más mimos, no se revuelve jamás con ese alarde de mal humor que a veces muestran los gatos, acepta siempre de buen grado las reprimendas (e incluso los antojos juguetones de los nenes!)...

Y para colmo, lo más divertido es verlos a ambos juntos, a Rolli (el perro) y a Oliver (gato) jugando. Vamos... se lo pasan pipa. Y no es uno que busca siempre al otro, que va... al contrario: tal para cuál, se pasan el día jugando el uno con el otro.



De verdad que observando como juegan, me quedo siempre ensimismado... disfrutando de la belleza de este regalo de la vida. Uno más.